Escribir no basta.

Con el tiempo he aprendido que escribir no basta. No es suficiente con crear una historia y verla publicada. Después viene otra parte del camino: darla a conocer.

Ya lo comenté en la anterior entrada del blog, y lo sigo sintiendo igual: el verdadero reto empieza después, cuando llega el momento de conseguir que el libro llegue a los lectores. Para mí, eso es lo más gratificante, aunque también lo que más trabajo requiere. Todo tipo de eventos forman parte de ese esfuerzo por dar a conocer a ese hijo literario y, de paso, presentarme también como autora.

Nos gusten o no, las redes sociales forman parte de todo esto. Están ahí, y si queremos que nuestras novelas lleguen a más lectores, tenemos que aprender a usarlas. A mí también me cuesta a veces. No siempre me resulta fácil hablar de mis libros o mostrarme, pero he comprendido que son una forma de acercarme a quienes leen mis historias, de compartir algo más que las páginas de un libro.

Las redes pueden ser grandes aliadas. Gracias a ellas he conocido lectores, otros autores y gente maravillosa que se interesa por mis historias. No se trata de publicar por publicar, sino de hacerlo con sentido. Y si no sabemos por dónde empezar, lo mejor es dejarnos aconsejar por profesionales que entienden este mundo mejor que nosotros.

Publicar un libro no termina el día que llega de la imprenta. Venderlo, difundirlo y mantenerlo vivo también forman parte del proceso. Es un trabajo en equipo, donde cada persona aporta algo valioso.

Escribir es una tarea solitaria, sí. Pero todo lo demás que implica una novela es un trabajo compartido.

Y cuando aprendemos a combinar ambas cosas, nuestras historias pueden llegar muy lejos.

Os dejo los enlaces a mis redes sociales, donde comparto fragmentos, pensamientos y un poco de mi día a día como escritora.

30/09/2025

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